20 Mar Conmemorar y no celebrar: una gran diferencia
El 8 de marzo de cada año se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Este acontecimiento se origina en las manifestaciones realizadas por las mujeres de principios del siglo XX en Europa y en Estados Unidos. Su objetivo: reclamar mejores condiciones laborales y el derecho de sufragio. ¿Por qué hablamos de conmemorar y no celebrar? Básicamente por que es un hecho que debe ser recordado por sus funestas conclusiones, donde muchas mujeres por exigir lo justo fueron golpeadas, apresadas o incluso asesinadas, lo que lo no lo hace un hecho de mucha felicidad, pero si de admiración, empatía , respeto y solidaridad por quienes lucharon por que los derechos de las mujeres fueran abriéndose paso en una sociedad brutalmente patriarcal que insistía (y en muchos casos insiste) en cerrarle las puertas a cualquier tipo de privilegio o ganancia social. Un ejemplo de esto es lo ocurrido en la marcha de trabajadoras textiles en el año 1857: miles de mujeres marcharon en protesta por los bajos salarios y las largas jornadas de trabajo. A esto se sumó el incendio de la Cotton Textile Factory, en 1908, y el de la fábrica Triangle Shirtwaist, en 1911, ambos en Nueva York y con las mujeres adentro, demostrándose un claro sabotaje al movimiento feminista que termina con la muerte de ciento de mujeres que solo alzaban la voz por una mejor condición laboral. Y es que han sido muchas veces que las mujeres han luchado a la par de los hombres por obtener mejores condiciones de vida y sociales, y también, en muchas de estas veces son las mujeres quienes más han sufrido vejámenes por parte de los opresores.
El 8 de marzo se transforma así en un símbolo de lucha y esfuerzo, en donde las mujeres intentan revindicar su lugar en la sociedad exigiendo salarios igualitarios, fin a la violencia de género e igualdad de oportunidades sociales y laborales. Hoy necesitamos tomar conciencia más que nunca y entender que la mayoría de los paradigmas asociados a la idea de la mujer se encuentran obsoletos, transformándose en un constructo social en constante cambio al igual que la sociedad.
Hoy queremos brindar un saludo a todas las mujeres que integran nuestra comunidad, desde profesoras, apoderadas, no docentes y estudiantes. Velamos diariamente por entregar una educación de calidad e igualitaria, en donde todas las opiniones son necesarias para construir colegio en conjunto, y lo más importante, para transfórmanos en seres críticos que construyen en base a sus acciones una mejor realidad para todos. Saludamos a todas esas mujeres cuya lucha se ha transformado en propia, y han podido visibilizar los problemas de un sistema con graves baches que se esconden en el día a día. Brindamos un fuerte aplauso a todas nuestras bolivarianas que elevan la voz por las injusticias y buscan solucionar conflictos en forma positiva y conciliadora, producto de la educación inclusiva que nuestra institución les ha entregado. Les seguimos dando nuestro apoyo a todas las mujeres que construyen nuestra comunidad, y con su granito de arena permiten que podamos seguir generando lazos que construyan y conformen la identidad propia del Colegio Simón Bolívar. Nos sentimos enormemente orgulloso de ustedes y valoramos totalmente su constante lucha por resaltar en una sociedad que a veces parece ciega ante lo injusto o parece mirar haca otro lado cuando lo indefendible reina y no tiene juicio o castigo. Las aplaudimos nuevamente y las instamos a seguir luchando para en conjunto crear una mejor sociedad para todos.
A su vez, los alumnos pertenecientes a nuestra comunidad quisieron conmemorar esta simbólica fecha en un acto muy emotivo en donde se conjugaron a través de la declamación y la danza el espíritu auténtico del 8M. Más acción y menos palabras, construyamos para todos una sociedad que sea libre e igualitaria, en donde podamos vivir en armonía y tranquilidad.